¿Cuándo renunciar a tu trabajo fijo para dedicarte 100% a tu emprendimiento?

¡Hola a todos! ¡Muy buena semana!

El día de hoy he decidido escribir sobre la pregunta más frecuente que recibo de la comunidad de emprendedores en mis redes sociales. Para serles honesto, este es uno de los temas que más me ha costado escribir, ya que el análisis depende de cada caso específico. La clave está en las responsabilidades que estás poniendo en riesgo. Es muy distinto hacerle esta pregunta a un joven de 22 años que aún vive con sus papás, a hacérsela a una persona casada con una deuda hipotecaria a 30 años y con 2 hijos.

Para poder dejar en claro para quién va este artículo voy a asumir 2 cosas principales: En primer lugar, imaginaré que estás trabajando a tiempo completo en una empresa que no es tuya. Y también asumiré que tienes un emprendimiento paralelo donde sientes la necesidad de dedicarle más tiempo y energía para que este prospere.

El problema principal al que nos enfrentamos es que nuestro emprendimiento requiere nuestro 100 % para crecer, pero necesitas de tu trabajo de 9 am a 6 pm para llevarlo a cabo.

Alerta de spoiler: Renunciar dependerá de si la tracción que genera tu negocio compensa el riesgo subjetivo de renunciar a un salario fijo.

En ese sentido, a pesar de que sea una decisión muy personal, he preparado un marco general para poder saber cuándo es el tiempo correcto para renunciar a tu trabajo y dedicarte a tu propio negocio. Cabe resaltar que estas conclusiones están basadas tanto en mi experiencia personal como en el acompañamiento a otros emprendedores.

¿Qué veremos hoy?

  1. Ahorros personales
  2. Generación de ingresos
  3. Punto de equilibrio mínimo
  4. Métricas de la compañía
  5. Conclusión

Ahorros personales

Me atrevo a decir que en este punto hay 3 arquetipos: los temerarios, los austeros, los calculadores. Ojo, olvídense de que estos perfiles tengan algún carácter moral, es decir, no son “buenos” ni “malos”. Simplemente, trato de categorizar la realidad.

a) Temerarios: Estas son personas que dentro de la balanza prefieren arriesgar y vivir de lo que más les apasiona que estar un segundo más trabajando en algo que no necesariamente los llena. Por ese motivo, están dispuestos a lanzarse a la piscina e ir “haciendo camino al andar”.

Les cuento que este fue mi caso particular. Yo estaba en la universidad y me faltaban 2 años para terminarla. Vivía con mis papás aún y los ingresos que tenía eran variables. Para costear mi vida pude llegar a un acuerdo con una agencia de marketing digital que me pagaba una comisión por cada cliente que le traía a su portafolio. Además, trabajaba en una empresa de seguridad y eventos los fines de semana para poder cubrir otros gastos que podrían surgir en la semana. Recuerden que yo me “atrasé” 5 años en mi carrera profesional por estudiar para ser sacerdote. El nivel de vida de mis más cercanos era distinto al mío porque ya todos habían terminado y tenían trabajos fijos.

Este fue el equipo inicial de Kambista

Emprender para mí fue el único camino posible para cumplir mis metas personales. Considero que yo era emprendedor antes de cofundar Kambista incluso, ya que no me ubicaba dentro de una empresa grande hacia el futuro y había tomado la decisión personal de digitalizar un servicio en un mercado grande y desatendido a pesar de todavía no haberlo encontrado.

Cuando decidimos construir Kambista, renuncié a la agencia para dedicarme 100% a la startup y, en ese momento, mi enamorada (actual esposa y a quien le agradezco muchísimo) me apoyaba con algunos gastos que teníamos como pareja. Ella ya trabajaba en una empresa grande contratada y le iba muy bien. Les confieso que es una etapa difícil, pero les recomiendo que la valoren mucho. El hecho de sentir que necesitas ayuda constantemente te va forjando la humildad y además te hace reconocer quiénes son las personas que te quieren por quién eres y no por lo que tienes.

b) Los austeros: Estas vienen a ser las personas que renuncian a sus trabajos pero con un colchón de ahorros personales suficiente para cubrir sus gastos fijos entre 6 a 12 meses. Les digo austeros porque no es que esperan tener la misma calidad de vida con su emprendimiento que el que tenían con su trabajo fijo. Ellos viven una vida austera ese tiempo por el gusto de poner su propio negocio desde cero.

c) Los calculadores: Son personas más adversas al riesgo y, normalmente, llevan sus emprendimientos a la par de sus trabajos. Solo serán capaces de renunciar cuando el negocio genere lo mismo o casi igual a su salario actual. A diferencia del austero, sí espera conservar el mismo estilo de vida que el que tiene con su trabajo fijo.

En cualquiera de los 3 casos, si no consideras tu emprendimiento como un hobby, llegará el momento en el que te harás la pregunta: “¿Cuándo debería renunciar?”

La conclusión de este punto, independientemente del perfil con el que te identifiques, es que consideres tener un colchón que por lo menos cubra tus gastos fijos mensuales el tiempo que tú consideres necesario y que se acomode a tu perfil de riesgo. Si tuviera que volver a emprender en un futuro, ahorrar un mínimo de 6 meses me parece más que razonable. En el caso de Kambista, por ejemplo, la idea se nos ocurre en septiembre del 2016 y ya teníamos lista la plataforma generando ventas en enero del 2017.

Generación de ingresos

Considero que uno puede renunciar a su trabajo fijo cuando tiene un modelo de negocio probado y listo para crecer y no en la etapa en la que estás averiguando si el modelo funciona o no.

En ese escenario, es importante recibir un flujo de ingresos personales del negocio desde el día que dejas tu trabajo. No se trata de financiar tu estilo de vida habitual, sino por lo menos cubrir gastos como comida, alquiler, etc.

Aquí tienen 3 opciones: pagarte con los flujos de tu propio negocio, solventar con el resto de cofundadores, levantar capital por acciones o como un préstamo para cubrir los gastos iniciales de la empresa.

Un error común que cometen muchos emprendedores es que no separan las finanzas personales con los de la empresa. Desde el día uno dividan su sueldo con las utilidades que genera el negocio. Si no saben qué sueldo fijo tener porque es impredecible lo que vayan a vender, pónganse un sueldo variable a las ventas. Esto les va a permitir saber qué tan rentable es el negocio, reinvertir las utilidades en la compañía, avanzar ordenados y con mayor certidumbre en tu vida personal.

La opción que hicimos en Kambista fue particular. Éramos 4 cofundadores y solo el gerente financiero y yo nos dedicábamos a tiempo completo. Los que trabajaban se encargaban de destinar parte de su sueldo a nosotros como un salario mínimo entre S/600-S/800 cada uno para compensar con dinero el tiempo que nosotros le dedicábamos.

La otra opción es levantar capital de “FFF” (Friends, Family and fools) o de socios inversionistas que le den aire a la empresa por un porcentaje de la compañía. Acuérdense que cuanto más temprano recibas inversión, más porcentaje cederás. Si me preguntas qué es lo mejor, te diré que siempre priorizaré tratar de hacer mi negocio con los recursos que tengo a la mano.

Punto de equilibrio mínimo

El punto de equilibrio es el momento cuando los ingresos y los egresos llegan a un mismo nivel. Parte de planificar tu propio negocio consiste en cuantificar los costos reales que vas a tener. Puede que en la práctica no gastes como en el análisis, pero en la planificación es clave identificar todos los gastos posibles para que el negocio funcione. Constantemente he visto emprendedores ponen el precio de su producto o servicio considerando gastos por debajo de lo que el negocio necesita. Como cuando empezamos no pagamos recursos humanos, abogados, contadores u oficinas, nos engañamos y ponemos un precio de salida que, más adelante, se tiene que elevar para que la empresa sea sostenible. Y esto no le gusta nada al cliente.

Con los gastos mensuales claros solo tienes que identificar la ganancia por pedido o por cliente promedio. A esta métrica se le llama “Minimum Success Criteria”. En el caso de Kambista, cuantificamos gastos de $12,100 al mes. Le digo punto de equilibrio mínimo porque no necesariamente son los gastos de la empresa como si estuviera en su máxima expresión. Estos vendrían a ser los gastos básicos necesarios para que el negocio escale. Nuestra ganancia por operación oscila en un promedio de 0.3 % por cada transacción y el ticket promedio era de $1,200 por operación. Un dato clave adicional es que cada cliente hacía 2 transferencias al mes aproximadamente. Eso quiere decir que tenía una ganancia de $7.2 por cada cliente activo al mes. Si divides $12,100 entre $7.2 me sale la cantidad de clientes que necesito para ser rentable. En este caso, necesitaba 1680 clientes para llegar al punto de equilibrio mínimo.

Nos propusimos establecernos un primer hito con la empresa y llegar a ese estimado de clientes el primer año (dato curioso: llegamos en 6 meses). Plantearse un objetivo específico con una fecha límite clara es relevante no solo para que te enfoques en el negocio, sino también para marcar un tiempo estimado de dedicación. Este dato también te puede servir para calcular la cantidad de ahorros que necesitas tener hasta llegar a esa meta.

Métricas de la compañía

Si no eres capaz a tiempo parcial de comprender las métricas más importantes de tu emprendimiento, así como el embudo de ventas, de nada servirá dedicarte a tiempo completo.

En lo que se refiere a las métricas más valiosas, te dejo algunas preguntas que te pueden ayudar a decidir. ¿Cuál es la métrica crucial del negocio? ¿Cuántos clientes que pagan tienes? ¿Cuántos clientes recurrentes? ¿Cuánto gastan mensualmente? ¿Cuánto te cuesta adquirir un cliente y cuántos ingresos te generan en el tiempo? ¿Con qué rapidez recuperas el dinero del costo de adquisición de clientes?

Por otro lado, identifica y conoce todas las etapas del proceso de compra de tu cliente. ¿El número de clientes potenciales ha ido mejorando mes a mes o trimestres anteriores? ¿Qué experimentos han mejorado el porcentaje de conversión en diversas etapas? ¿La calidad de tus clientes potenciales es mejor que meses anteriores?

Revisar el embudo de ventas da visibilidad al rendimiento futuro y te permite proyectarte con estos datos. Cuando dejes tu trabajo, querrás tener la seguridad de que hay un canal de ventas tangible y que funciona.

Conclusión

En conclusión, dedicarte a tiempo completo debería ser para acelerar un negocio que ya genera ingresos y que ya enganchó con el mercado. No recomiendo renunciar para apostar que esto podría funcionar. Dicen que los emprendedores somos arriesgados y es cierto, pero tampoco nos lanzamos de cabeza a una piscina vacía.

Tomen toda la información que les he dado como su nombre lo dice: un marco. No considero que esto esté escrito en piedra, sin embargo, espero pueda reducir el riesgo de que actúes emocionalmente y tomes malas decisiones. La razón de ser de este artículo es que renunciar a tu trabajo deje de ser un pensamiento abstracto y un objetivo indefinido.

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