En mi experiencia, existen 2 enfoques distintos para mantener unas finanzas saludables y ahorrar, cada uno con una filosofía propia, pero igual de potentes si se aplican con disciplina.
1. Ahorro planificado: Utilizar un presupuesto
Es un método más ordenado y estructurado, donde eliges una distribución ideal de tus ingresos en distintas categorías. Siempre hay imprevistos y es normal que las distribuciones en la práctica sean diferentes a las planeadas.
Ejemplo:
10% – Ahorro
50% – Gastos básicos (Comida, vivienda, transporte, etc.)
20% – Deudas (si es que existen)
20% – Otros gastos: Esta categoría puede incluir gastos discrecionales como entretenimiento, viajes, compras no esenciales, donaciones, etc.
El porcentaje para esta categoría puede variar según tus preferencias y prioridades personales. Es importante recordar que es recomendable mantener estos gastos dentro de tus posibilidades financieras y asignar un porcentaje que no comprometa tus metas de ahorro y pago de deudas.
Es normal que los porcentajes varíen para una misma persona, ya que en alguna etapa puede que prioricemos la educación, luego viajes, familia, vivienda o aumentar tus ahorros.
2. Ahorro por default: Uso Minimalista
Este enfoque buscar satisfacer tus necesidades más básicas, disfrutar con placeres simples y ahorrar lo que quede.
“Busca lo más vital, no más, lo que has de precisar, no más” – El personaje que se me viene a la mente con este enfoque es Baloo del libro de la selva. Ahí les compartí el link de su canción principal para que recuerden su manera de pensar.
¡Los científicos han descubierto que existen 4 hormonas responsables de nuestra felicidad, y cada una de ellas puede activarse con estímulos que en su mayoría son gratis!
Personalmente, me gusta mucho combinar la dopamina, endorfina y serotonina al hacer hobbies al aire libre, ya sea en gimnasios de parques, con calistenia o en el mar corriendo tabla.
No necesariamente por utilizar pocos recursos tu felicidad se va a ver afectada, pero si es importante tener en cuenta tu comodidad y no restringirte en cosas básicas como una buena vivienda o alimentación saludable.
En un caso extremo puede pasar que por gastar menos en comida te dé una infección estomacal, o un colchón muy económico no te deje descansar bien.
También es válido usar una mezcla de ambos enfoques. A mí me funciona tener un enfoque minimalista en mi día a día, y llevar un control de los porcentajes de gasto cada 3 meses, para verificar que no me esté excediendo en alguna categoría y ver si mis prioridades de vida se alinean con mis prioridades de gastos en esos meses.
