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Hace poco, salí de vacaciones y estuve en el norte del Perú. Ahí pude “surfear” olas increíbles. Estar en constante contacto con la naturaleza, me llevó a reflexionar y no pude evitar hacer un símil con mi vida como emprendedor. Aquí les dejo algunos pensamientos de por qué creo que el surfing y emprender son caminos muy parecidos.
Uno casi nunca se para en la tabla a la primera
Cuando uno recién empieza a correr olas, lo más recomendable es empezar con una longboard para que puedas pararte rápidamente y la remada sea más sencilla también. De igual manera, por lo que he visto con personas cercanas, es muy raro que uno se pare a la primera. En mi caso, por ejemplo, como empecé con una tabla pequeña, me demoré 3 meses en pararme bien en una ola. Fueron meses difíciles. Me costaba la remada, el físico no me daba, no sabía cómo pasar las olas por debajo cuando ya reventaban y con respecto al balance a las justas me sentaba unos segundos. Lo mismo ocurre cuando uno empieza a emprender. Muchos tienen buenas ideas, algunos la ejecutan, pero muy pocos superan esas primeras caídas que tiene esta aventura.
Saber leer el mar es como saber encontrar oportunidades
Es clave para todo tablista saber leer el mar. Uno no solo analiza las condiciones generales del mar, sino también cuál es el mejor spot para posicionarse dentro, si hay muchos tablistas (“crowd”), cómo está la marea, en dónde está reventando el pico, etc. El lugar que ocupes en el mar es clave para tu performance. Lo mismo pasa cuando uno emprende. No se trata tanto del esfuerzo que le puedas poner o el equipo que puedas tener, se trata más bien de la oportunidad y el timing perfecto que decides aprovechar.
Siempre acompañado es mejor
Considero que esos 3 meses tan difíciles, no hubiera podido superarlos sin una buena compañía. Más allá que el surfing sea un deporte individual, creo que vivirlo entre amigos es muchísimo mejor. No solamente te motiva ir al mar cuando vas acompañado, sino que uno celebra los logros y mejoras del otro, nos cuidamos entre nosotros en condiciones adversas y nos motivamos a ser cada vez mejores. El fin es disfrutar del mar y qué mejor que hacerlo entre amigos. Cuando uno emprende, siempre recomiendo estar acompañado no porque sea el único camino, sino porque se disfruta mucho más cada paso que realizan, ya que sabes que la persona de tu costado está mirando hacia la misma dirección.
Se necesita perseverancia, paciencia y disciplina
Siempre he dicho que emprender es una carrera de largo aliento. El surfing también lo es y por eso se necesita perseverancia, paciencia y disciplina. La prueba de fuego se da cuando es invierno. Créanme que ir al mar con temperaturas heladas, no es nada agradable. El temple que necesitas formar para no dejar de ir a hacer deporte a pesar de las condiciones, se parece mucho a esos problemas que uno tiene cuando emprende. Cuando trabajas hasta largas horas de la noche, cuando te cierran las puertas a último minuto, cuando te renuncia una persona importante de tu equipo, cuando las ventas no se dan según lo proyectaste y otras adversidades se presentan, lo que más necesitas es resiliencia. Recuerda que los mejores líderes se construyen con pruebas, dificultades y con la sabiduría obtenida del trabajo duro.
Uno nunca deja de aprender cosas nuevas
Si eres emprendedor(a), creo que algo que siempre nos preguntamos es “¿Lo estaré haciendo bien?”, “¿Estaré haciendo lo mejor para la empresa?”. Uno siempre se cuestiona. Emprender no se trata de leer muchísimos libros, hacer un MBA o meterse a varios cursos de negocios. Nadie puede enseñarte a liderar tu empresa. Eso lo aprendes tú. ¿Cómo? Liderándola a punta de aciertos y fracasos (y más fracasos diría yo). En ese sentido, un emprendedor puede y debe equivocarse muchísimas veces. Cuando haces algo por primera vez es totalmente aceptable y necesario. Cuando quieres mejorar en el surf, es indispensable que te caigas muchas veces y que nunca pares de intentar cosas nuevas. Con el tiempo, en vez de frustrarte de esas caídas, terminas dándote cuenta lo necesario que fueron para tu desarrollo. La humildad es una condición indispensable no solamente de ser emprendedor o ser deportista, sino de ser humano.
Conclusión
Estas similitudes parten de mi experiencia y como cualquier aprendizaje es algo personal. Podría haber hecho este artículo pensando en algo un poco más general como: “el deporte y el emprendimiento”, sin embargo, el hacerlo con algo que a mí me apasiona me permitió escribirlo con mayor naturalidad. Para no agotar la experiencia, los invito a poner en los comentarios esas similitudes que encuentran con su vida deportiva y con el hecho de hacer crecer un negocio desde cero.
