La clásica trampa de la Cultura: confundirla con beneficios

Cultura

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La cultura es una palabra de moda en el mundo empresarial, y se destaca como un pilar fundamental de la identidad y el éxito organizacional. Sin embargo, una confusión recurrente es asociar la cultura con las ventajas (perks) y beneficios que ofrece una empresa.

Primero, aclaremos:

Ventajas (Perks)

Las ventajas son beneficios tangibles, a menudo superficiales, que hacen que la vida laboral diaria sea más agradable. Piensa en ellas como las cerezas en el helado organizacional. Pueden ser encantadoras e incluso podrían influir en la decisión de un posible candidato para unirse a la empresa.

Cultura

En contraste, la cultura es el ethos intangible que impregna todos los niveles de una organización. Son los valores, creencias, comportamientos, rituales e historias colectivas que unen a los colaboradores. La cultura responde a preguntas más profundas: ¿Cómo lideran los líderes? ¿Cómo se toman las decisiones? ¿Cómo se tratan los empleados entre sí? ¿Qué se celebra y qué se desaprueba?

La verdadera cultura organizacional se adentra mucho más. Refleja cómo se resuelven los conflictos, cómo se toman las decisiones, cómo colaboran los colaboradores y cómo se reconocen los logros. Se trata de las normas no escritas que rigen las operaciones diarias, desde cómo se llevan a cabo las reuniones hasta el respeto que se brinda a cada miembro del equipo, independientemente de su rango (HBR).

Dónde Radica la Confusión

La confusión entre beneficios y cultura es comprensible. Las empresas, especialmente las startups, introdujeron estas ventajas como parte de sus esfuerzos para atraer al mejor talento en mercados competitivos. Con el tiempo, las líneas se desdibujaron, y la definición misma de un gran ambiente de trabajo pasó de uno que fomenta el crecimiento personal y profesional a uno que simplemente ofrece las ventajas más atractivas (SHRM).

Entonces, ¿por qué las empresas confunden los beneficios con la cultura?

  1. Visibilidad: Las ventajas se pueden mostrar fácilmente, lo que las convierte en excelentes herramientas de marketing. Una oficina impresionante, snack gratis y retiros de la empresa pueden verse en los sitios web y redes sociales, creando una imagen atractiva para posibles talentos.
  2. Tangibilidad: Es más fácil cuantificar e implementar beneficios que aspectos culturales intangibles. Por ejemplo, proporcionar un seguro médico es sencillo. Sin embargo, cultivar un ambiente de apoyo donde los colaboradores sientan que su bienestar mental es valorado es mucho más complejo.
  3. Satisfacción Inmediata: Las ventajas ofrecen gratificación inmediata. Pueden aumentar la moral y la satisfacción laboral a corto plazo, haciéndolas parecer soluciones rápidas a desafíos empresariales más profundos.

Es esencial equilibrar los beneficios. Si bien es crucial no confundirlos con la cultura, es igualmente importante reconocer su valor en el marco más amplio de la experiencia, bienestar y satisfacción del empleado.

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El Camino a Seguir

Como líderes y profesionales de RR. HH., debemos hacer una introspección y preguntarnos: “¿Estamos construyendo una cultura o simplemente un ambiente impulsado por beneficios?” Una gran cultura debería hacer que los colaboradores se sientan valorados, no por los almuerzos gratis o las salas de juegos, sino porque están genuinamente comprometidos, reconocidos y alineados con la misión y valores de la organización (Forbes).

Si bien las ventajas pueden mejorar indudablemente la experiencia laboral, no son un sustituto de una cultura organizacional sólida y basada en valores. Reconociendo la diferencia, las empresas pueden apuntar a un enfoque más holístico, auténtico y sostenible para construir ambientes donde los colaboradores no solo trabajen, sino que crezcan y se desarrollen.

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Thalía Penagos Gallart

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